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Selfi Saludable

En Selfie Saludable de este mes, el empleado Juan Diasgranados, del Departamento de Correccionales y Rehabilitación de Miami-Dade, comparte su recorrido hacia el bienestar y cómo tomó medidas para mejorar su salud en general.

¡Mi recorrido!

Este febrero cumplo cinco años de trabajar para el Condado de Miami-Dade.

Cuando empecé a trabajar en Correccionales de Miami-Dade, pesaba unas 185 libras. Nada mal para una persona de mi edad y estatura.

Cerca de las oficinas centrales de Correccionales tenemos muchísimos restaurantes y camiones de comida "soul food". Además somos una gran familia; así que cuando alguien cumple años o se jubila, es muy común que celebremos. Pastel, helado, lo que se te ocurra, soy siempre el primero en la fila.

El equipo de Biometría de AvMed venía al edificio MLK dos veces al año y me controlaba los niveles biométricos. En cada visita, notaba que había subido unas 3 o 4 libras de peso. Nunca le presté demasiada atención. Como no era mucho de golpe, le restaba importancia convencido de que "es un simple aumento de peso gradual que es normal con la edad". Pero después también empecé a notar que los jeans me quedaban un poquito más apretados y que me quedaba sin aliento al subir la escalera. El COVID tampoco ayudó. Trabajando desde casa, mi rutina diaria era pedir comida con Uber Eats.

No fue hasta que visité al equipo de Biometría de AvMed, este septiembre pasado, que subí a la balanza y decía 230. Quedé anonadado. Avergonzado. Y confundido, me pregunté: "¿Cómo es que subí tanto en tan poco tiempo desde que trabajo para el Condado?". Días más tarde, me encontré con un compañero de trabajo que no veía desde hace más de dos años. Me hizo un comentario y dijo: "Juan, ha estado comiendo bien..."

Y fue ahí que caí. Fui a casa y esa misma tarde empecé a buscar gimnasios con distintos tipos de entrenamiento. Estaba indeciso entre f45, CrossFit y Orangetheory. Todos tenían reseñas excelentes, pero de los tres, Orangetheory ofrecía más cardio. Me inscribí en una clase y el resto es historia. Es una clase de una hora que se enfoca en cardio y pesas. Después de un par de clases, mis entrenadores me dijeron que también tenía que cambiar mi dieta. Adiós costillas y alitas de KFC que comía a diario, y hola wraps de pollo y ensaladas César.

Desde octubre, bajé de 230 libras a 194 y sigo bajando. No ha sido fácil, pero honestamente puedo decir que una vez que empiezas, es difícil parar. Ahora me siento mejor y tengo más energía. En vez de venir a casa y dormir la siesta después de trabajar todos los días, me voy a la clase y quemo unas 800 calorías en una sesión. Ahora es adictivo. Las clases son divertidas, he llegado a conocer a mis entrenadores y compañeros, y también pasamos el rato fuera de clase. Ha sido un largo recorrido pero creo que la parte más difícil de empezar un nuevo programa de ejercicio es el pensar en empezar un programa de ejercicio.

Mi cita favorita cuando corro en la caminadora es: "Recuerda dónde empezaste".

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¿Cómo se consigue una selfie saludable? Con actividades como nadar, correr, caminar, andar en bicicleta, hacer senderismo y yoga. También puedes compartir lo que estés comiendo. Otras actividades que pueden ser consideradas: el cuidado personal saludable y actividades sociales que son beneficiosas para tu bienestar mental, como la meditación, la lectura, tiempo de calidad compartido con amigos y familiares, relajación sin hacer nada, aprender una nueva habilidad, entre otras.

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